Introducción
Al empezar a escribir este artículo, me di cuenta que en la publicación que inició este blog aún faltan aspectos, que si bien tenemos en la cabeza, no se respondieron en su momento. Uno de ellos corresponde a cómo cambia el mundo antiguo si la medicina fuese tan o más efectiva que la actual y está claro que con tantos dioses y magia de todo tipo capaz de sanar, la medicina sería como mínimo igual de efectiva que la actual en el mundo occidental. Así que para no recargar demasiado este artículo, hemos desarrollado un poco estos conceptos actualizando la publicación original.
Cultura espartana
Lo
primero que es necesario aclarar es que aunque la polis de Esparta es
la capital del reino de Lacedemonia y tiene pleno control sobre su territorio.
Lacedemonia, como la mayoría de las naciones griegas, no es una
nación tal y como se entiende ahora, más bien mantiene una relación
de vasallaje con Esparta y por eso en algunos casos hablaremos de
espartitas, refiriéndonos a los miembros de esta clase social,
mientras que en otros generalizaremos denominándolos como espartanos
o lacedemonios dando a entender que afecta a toda la nación,
aunque se ha de tener en cuenta que siempre habrá excepciones que no
profundizaremos en este momento.
Los
espartanos son una cultura eminentemente militar. Su forma de vida
está enfocada a la vida castrense en exclusiva y toda su sociedad
está dirigida hacia ello, así que sus medios de producción, su
arte, los productos manufacturados, costumbres, alimentación, estilo
de vida y conceptos como la belleza, el matrimonio, etc. están
supeditados a esta premisa y el valor de cada cosa queda marcado por
su interés -directo o indirecto- militar.
Como
ejemplos de cuánto está inculcada en la sociedad esta visión de la vida castrense, podemos resaltar que:
- Históricamente los hombres espartitas se casaban a partir de los 30 años porque antes estaban demasiado ocupados con el arte de la guerra, en cambio las mujeres podían hacerlo a partir de los 20 años. Esta norma la seguiremos manteniendo en la campaña, excepto con la mujeres soldados que tampoco podrán casarse antes de la treintena.
- Todos los muertos son incinerados pero solo entierran con una frase de homenaje a los hombres caídos en combate y a las mujeres muertas durante el parto. En nuestra peculiar versión del mundo clásico mantendremos esta costumbre, pero ampliando a hombres y mujeres muertos en combate ya que ellas también pueden combatir.
- Eran tan estrictos con el cuidado de su cuerpo para la guerra, que aquellos con sobrepeso o costumbres laxas eran infravalorados, insultados e incluso ridiculizados en público. De esta forma, cualquier espartita o perieco con Fue o Des con un valor menor de 12 será menospreciado por los demás, en mayor o menor medida en función de su diferencia a estos valores.
Forma de vida
Para
entender la forma de vida espartana hay que tener siempre presente
que el individuo está supeditado a la sociedad hasta límites
insospechados. La gerusía tiene el completo control de cada uno de
ellos, con independencia de su estatus social, y puede disponer de sus
vidas a voluntad. Así es habitual que a los individuos se les
reasigne de una localidad a otra en función de las necesidades del
gobierno y aunque se intenta mantener a las familias unidas, en caso
de no ser posible se separan con total impunidad.
En
cada localidad hay un espartita que la dirige, este normalmente será
un humano descendiente de los dorios, pero en caso de ser comunidades
aliadas -los periecos-, este gobernante puede ser un miembro de la
localidad que haya superado la agogé o simplemente un líder de la
comunidad.
Después
de la caída de su imperio, cuyo final definitivo estuvo tras la
derrota de la batalla de Leuctra en el 371 a.C. (hace ahora 21 años)
están todavía lamiéndose las heridas y recuperando fuerzas, pero
eso no ha influido en nada en su día a día.
Hilotas
Los
hilotas son la base productiva de Lacedemonia. Dentro de la polis de
Esparta forman alrededor del 50% de la población (casi todos
humanos) mientras que en el resto de la nación alcanzan casi el 75%.
Se
pueden distinguir dos tipos de hilotas: aquellos que sirven
directamente a una familia espartita para realizar los trabajos
manuales y los que viven en pequeñas comunidades -siempre bajo la
atenta vigilancia de uno o varios espartitas- para proporcionar
recursos a la nación.
Debido
a la inherente belicosidad de las diferentes especies inteligentes
entre sí y a que el objetivo de tener hilotas no es otro que el de
obtener mano de obra, los espartanos prefieren echarlas de los
territorios ocupados y limitarse a esclavizar humanos de otros
pueblos, con la nada desdeñable excepción de los elfos del bosque
de Cabo Malea y los pequeños sávras que en diminutas comunidades
ocupan parte de la costa de Lacedemonia. Así más de un 95% de la
población hilota son humanos y el resto son de multitud de razas,
capturados en su momento, comprados por el propio gobierno o sus
descendientes.
En
realidad son muy parecidos a esclavos con derechos o siervos sin
apenas capacidad de cambio. Únicamente les diferencian de los
esclavos tradicionales en que se pueden casar y tener hijos, obtienen
una cuarta parte de lo que producen y no pueden venderse, aunque por
lo demás, por no tener no tienen derecho ni a la vida. Como toda la
población de Lacedemonia, quedan asignados al lugar que la gerusía
determine. En general su vida es sencilla, tremendamente austera y
responden con su vida de las labores asignadas.
Aunque
no es lo normal, si Lacedemonia es invadida pueden ser reclutados
para luchar como honderos o lanzadores de jabalinas. Si durante estas
batallas demuestran valor es posible que tanto ellos como sus
familias pasen al estamento de periecos, alcanzando la libertad.
Sus
profesiones principales son las de adiestrador de animales, artesano,
cortesana (tanto hombres como mujeres), granjero, minero, pastor y
pescador. Aunque unos pocos afortunados o que han demostrado su valía
en estos campos, también ocupan puestos como ayudantes en las
profesiones de alquimista, artista, funcionario, marinero o mercader.
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Periecos
Los periecos son los
miembros de comunidades (poblaciones o barrios) que, sin ser
espartitas, se han aliado con ellos de forma pacífica o los descendientes de espartitas que no han superado la agogé.
Esto incluye
tanto a humanos de otras culturas, como por ejemplo los aqueos de las
polis de Amiclas (a 4 km al sur de Esparta) y Terapne (algo más al
sur, siguiendo el cauce del río Eurotas) y a casi todas las especies que
aún viven en Lacedemonia, especialmente los Hombres-León,
Minotauros y Centauros del Valle de las Bestias, los Enanos de Parnón
o los numerosos asentamientos de Potamis. Aproximadamente son un 25% de la población de Lacedemonia, alcanzando el 28% de los habitantes de Esparta.
La mayoría de estas
comunidades han asimilado la forma de vida espartana (que se
desarrolla en el punto siguiente) adaptándola a sus propias
creencias en mayor o menor medida y aunque no es obligatorio, muchos
de los periecos reciben una formación similar a la que se imparte en
la agogé.
Esparta es muy
respetuosa con las costumbres de sus aliados y no impone sus
costumbres, dioses ni estilo de vida. Así muchas de las comunidades
periecas mantienen su trasfondo cultural ya que sus únicas
obligaciones son las de pagar los impuestos al gobierno (como los
espartitas) aportar un número determinado de guerreros que
compondrán las unidades de apoyo en una campaña (caballería,
carros, cuerpos auxiliares e infantería ligera) y acatar las órdenes
de un gobierno al que nunca podrán acceder ya que no tienen derecho
a participar en la política. Para asegurar este cumplimiento
normalmente habrá uno o más espartitas, representando al gobierno
en cada comunidad o agrupación de ellas, que si bien no interferirá
en sus asuntos particulares, sí hará cumplir los deseos del rey y
la gerusía.
Este estamento es tan
variopinto que las profesiones y trasfondo cultural de un perieco
puede ser cualquiera, con la única limitación de que sus
responsabilidades profesionales estarán circunscritas a su comunidad
o gremio.
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Por Mbmrock (Trabajo propio) [CC BY-SA 4.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)], undefined |
Espartitas
Los espartitas son los
humanos descendientes de los dorios que se establecieron en estas
tierras hace casi 1.000 años. Son la clase social dirigente de la
nación y viven como tal. No realizan trabajos manuales de ningún
tipo, ya que los consideran ignominiosos y su único fin en la vida
es servir al estado espartano. Todos ellos han de ir a la guerra en
caso de ser movilizados y han de estar preparados y equipados
adecuadamente para ello en todo momento.
Su número es muy reducido en comparación con el resto de habitantes de Lacedemonia donde apenas llegan a ser el 0,5% de la población y el 12% de los habitantes de Esparta. Aproximadamente la
mitad de ellos -los elegidos para tal honor- se dedican en cuerpo y
alma a la vida castrense formando parte de la exclusiva hermandad
Homioi, primer ejército profesional de la península griega,
mientras que la otra mitad se dedica a cazar (especies inteligentes o
animales) dirigir los negocios o campos de cultivo y a gobernar las
distintas comunidades, sin olvidar nunca su preparación para la guerra.
Además los espartitas participan con su voto en la Asamblea, órgano
donde se aprueban las leyes y propuestas de los 5 éforos o
supervisores que forman parte del gobierno de Lacedemonia.
Desde
el momento en que nacen, los espartitas son sometidos al continuo
escrutinio de la gerusía, primero se confirma que han nacido bien y
no tienen ninguna lacra o enfermedad, en cuyo caso serían despeñados
-eugenesía.- Si sobreviven a esta inspección, viven con sus padres
bajo una estricta educación que busca el que pierdan los clásicos miedos infantiles hasta los 7 años, momento en que todos los niños y aquellas niñas que sus adres así lo deseen ingresan en la agogé, donde
vivirán desnudos y en habitaciones comunales bajo la dura formación
de los maestros que también les enseñan a leer, escribir, aritmética, expresión
oral, música, danza y poesía. A los 12 años empiezan a recibir auténtica formación militar, vestidos únicamente con un manto e infraalimentados a conciencia con
el objetivo de desarrollar su ingenio y sigilo, aunque si les
cogen robando sufrirán un severo castigo.
A los 14 ya forman
parte de la sociedad adulta y son tutorizados por un mentor que
sufrirá los mismos castigos que su efebo en caso de que cometa un
error y a los 20 años realizan la kripteia. La última prueba que
consiste en sobrevivir en la naturaleza, solo con un manto y un cuchillo,
escondiéndose de día para no ser descubiertos por los adultos que los persiguen, para durante la noche dedicarse a robar, cazar y matar hilotas rebeldes.
Tras esta prueba, los
supervivientes se convierten en auténticos ciudadanos y comienzan a
trabajar en la profesión para la que le han sido seleccionados, aunque solo unos pocos de entre ellos son los elegidos para formar parte de la hermandad
Homoioi, los auténticos soldados. Finalmente a partir de los 30 años adquieren todos los derechos como espartitas y es entonces cuando ya pueden votar,
acceder a los puestos de gobierno, casarse y cuando también les asignan dos hilotas para que realicen las labores de producción pertinentes.
Superar la agogé les dota de todos los privilegios que disfrutan los espartitas en Lacedemonia, mientras que no superarla les convierte de forma automática en periecos en el mejor de los casos y en cadáveres en el peor y más habitual. Tal importancia tiene la agogé entre los espartitas, que incluso cuando un miembro viola un tabú, como por ejemplo abandonar su escudo en el campo de batalla, se convierte en un tresante -tembloroso- pero no pierde sus derechos sino que es repudiado entre los suyos hasta que con un acto de especial valentía reinstaure su honor.
Las hijas espartitas no tienen porqué realizar la agogé si sus padres así lo desean ya que si luego se casan con otro espartita -que es lo más normal- y tienen un hijo, mantienen todos sus derechos, menos el de ingresar en la hermandad Homoioi.
Los espartitas pueden
acceder a las profesiones de Agente, Alquimista, Cazador, Cortesano,
Erudito, Explorador, Funcionario, Guerrero, Hechicero, Médico y
Sacerdote.